Cómo y por qué incorporar soja a nuestra dieta

Una buena alimentación es la base de una salud fuerte. Incorporando complementos a nuestra dieta habitual podemos conseguir grandes beneficios a largo plazo para nuestra salud y nuestra imagen. La proteína vegetal es aún muy poco usada en nuestro entorno, a pesar de todas sus ventajas y beneficios.

Soja en nuestra dieta

Por su bajo contenido en grasa y su alto contenido en proteínas vegetales, la soja es mucho más saludable que la carne roja. Favorece los problemas de colesterol, es perfecta para dietas que quieran favorecer el sistema cardiovascular, es mucho más digestiva que la proteína animal y además contiene estrógenos, muy beneficiosos para las mujeres, especialmente en la etapa de la menopausia. Treinta gramos de proteínas vegetales en el desayuno son uno de los remedios antiarrugas naturales más eficaces a largo plazo.

Sus beneficios son innegables, sin embargo a muchas nos cuesta encontrar maneras agradables de consumirla, porque es aún desconocida y no sabemos cómo incorporarla a nuestra dieta, especialmente si tenemos a pequeños en casa.

¿Cómo prepararla?

Las maneras más sencillas y apetitosas son la soja tostada, que podemos tomar en forma de aperitivo –como un fruto seco cualquiera-, o germinada, en ensaladas y bocadillos. Se puede guisar sola –dejándola remojar por la noche y cociéndola en agua con sal, como cualquier otra legumbre- acompañada de hortalizas o con otras legumbres, a modo de potaje, o añadirla a nuestros platos de arroz, a sopas y a guisos. Verá como su sabor suave y su textura granulada la hacen ideal para combinar con sus platos habituales.

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